domingo, 24 de abril de 2011

La mujer que más admiro: Catalina la Grande


Nacida Sofía Federica Augusta Anhalt-Zerbst, Catalina II de Rusia fue la mujer que revolucionó las viejas estructuras de la Rusia zarista del siglo XVIII. No era rusa, sino que nació en Alemania, en Stettin, el 2 de Mayo de 1729. Criada en un oscuro principado de la Pomerania, Sofía no tenía la más remota posibilidad de ser elegida reina, mucho menos emperatriz. Pertenecía a un noble linaje venido a menos, en una remota provincia alemana, en la que pasó sus primeros años de vida entre la crianza protestante de su padre, las ínfulas de grandeza de su madre Johanna, y las enseñanzas de la institutriz Elisabeth Cardel, a quien Catalina II recordaba en sus cartas con el apodo cariñoso de Babet Cardel, la cual inculcó en la joven el ansia por el conocimiento que siempre la caracterizó.

Su matrimonio a los 13 años con el pretendiente al trono ruso, Pedro III, nació como resultado de alianzas entre las diferentes casas reales, entre las que intervino Federico II de Prusia. La emperatriz Isabel de Rusia, tía de Pedro III, escogió entre decenas de jovencitas aquella que fuera más adecuada para las obligaciones reales, es decir, dejar un heredero varón. De modo que mandó llamar a Johanna y a su hija Sofía a presentarse a la corte, en Moscú, para llevar a cabo el enlace.

La Sofía que llegó a Moscú era una mujer que a pesar de su juventud, sabía muy bien a qué clase de destino se enfrentaba, de modo que tal y como plasmó posteriormente en sus Memorias, se dedicó a un doble propósito: "complacer a Isabel, a mi esposo y a la nación". Cambió su sobria religión protestante por el boato de la iglesia ortodoxa, se dedicó a estudiar con tal ahínco el ruso que enfermó de gravedad; todos estos hechos despertaron la admiración de la corte rusa, la cual poco a poco Sofía, ahora Catalina desde el momento de su boda (totalmente "rusificada" ) fue conquistando.

A diferencia de su marido Pedro III, alemán como ella, que apoyaba la causa germánica. Odiaba Rusia, aborrecía su labor de zar, el cual después de la muerte de la zarina Isabel permaneció pocos meses en el trono: su esposa Catalina, empapada de la realidad rusa, comprendió rápidamente que su nueva nación no podía avanzar con Pedro a la cabecera, de modo que en 1762, y apoyada por los cinco hermanos Orlov (uno de los cuales, Gregorio, fue su amante), se alzó con el poder y condenó a Pedro al exilio; el cual duraría poco tiempo, ya que se cree que fue asesinado por los mismos hermanos Orlov.

El reinado de Catalina fue próspero en el aspecto cultural; cultivó una doble imagen: por un lado era una mujer ilustrada, que se carteaba con los grandes exponentes de la Ilustración, una escritora, filósofa y mecenas; por el otro lado era una líder autócrata, una monarca absolutista como todos los de su época.

Sus logros abarcaron varios ámbitos, entre ellos el acceso geográfico al Mar Negro, la anexión de Crimea, la repartición de Polonia, además de continuar con el legado de su predecesor Pedro el Grande, al "europeizar" un país que el mundo entero tenía por bárbaro.

Su fecundo reinado duró 34 años, muere el 17 de Noviembre de 1796, a los sesenta y siete años. Como persona Catalina ha creado un sinnúmero de mitos, como una mujer ninfómana, lujuriosa, si bien es cierto su vida privada fue tumultuosa, por la gran cantidad de amantes, entre ellos el General Potemkim (el gran amor de su vida, compañero, cómplice, co-gobernante, entre otras cosas); pero jamás su vida amorosa y sexual llegó a los términos que las leyendas populares le atribuyen.

Mujer compleja, mujer completa: su personalidad fuerte marcó a Rusia durante un siglo convulso, dejó las bases para la construcción del imperio ruso que duró siglos. Catalina la Grande queda como paradigma de mujer poderosa, que no descansa hasta lograr sus objetivos, así sea gobernar el país más grande del mundo.

**Para construir el anterior relato me basé principalmente en la biografía de Henri Troyat "Catalina la Grande", lectura obligada para quienes quieran comprender mejor a Catalina y su entorno. La redacción es totalmente personal, no pretende ser biográfica sino más bien una reseña.**